viernes, 19 de abril de 2013

Imperfecciones

No quiero que me beses en ese banco
donde se sientan los que solo dejan sus huellas en la madera,
y no son capaces de dejarlas en el alma,
y no son capaces de besar con la mirada,
y no son capaces de tocar detrás de la piel sin rozarla.

No quiero ver más atardeceres caducados,
ni paisajes de postales pobres de realidad,
ricas en el poder de crear el momento "perfecto";
los que creen que para todos es el mismo,
es que no te han visto ser inoportunamente perfecta.

Por eso, quiero que me besen tus imperfecciones,
quiero que me beses al subir los escalones de tu casa,
justo en el momento en el que me falta el aire,
justo cuando el oxigeno se me acaba y me lleno de ti,
para dejarme sin aliento, para que comience a respirar tu saliva.

Quiero que me muerdas los miedos,
que saborees el terror de alguien incompleto.,
cargado de sueños moribundos que comienzan a ser pesadillas.

Quiero que me beses justo ahí, en ese rincón, donde hay un resquicio de luz,
donde hay magia en el suelo cada vez que se posan tus pies,
que me buscan incesantes entre las sábanas,
que me enredan, y no me encadenan,
que se deslizan tan silenciosos tras mis pasos, que apenas los siento.
Solo cuando vuelve ese golpe de tu aroma inconfundible,
que me obliga a girarme para observar que ahi sigues,
mirándome el culo sin pestañear,
haciendo borroso todo lo demás, para acentuar mi imagen. Para hacerme grande.

Por eso quiero que me besen tus defectos, 
tus días raros, los domingos sin nada que hacer.
Tus tardes de lluvia, mojada.
Tus tormentas de arena, y que me sepa tu piel a sal.

Todo eso tan tuyo,
que hay etiquetas en cada poro de tu piel con marca registrada.
Y que cada vez que saboreo, huelo, exprimo,
pido derechos de autor,
para que no me demanden tus caricias,
algo que yo no alcanzo a darte. 

El cielo.

Eso, ya está entre tus piernas.


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