miércoles, 5 de junio de 2013

Castillos de are na(da)

Me he roto.
Lo he vuelto a hacer; ya he perdido la cuenta de las veces que me he esparcido por el suelo.  Algunas piezas se han perdido, otras no tienen arreglo, y el resto no me sirven.

Esta vez ha sido distinto. Esta vez se ha quebrado un pedazo de alma. Me ha rozado la esencia, casi me desajusta mis principios. Antes de que eso pase, estaré de paso en tu vida.
Me voy igual que entré; por la puerta de atrás, sin llamar demasiado la atención y poco a poco, hasta dejar huella; hasta borrarla.

Nuestra historia escrita en la arena, nuestra historia olvidada por el mar. Arrastrando todo cuanto se pone por delante; para hacer de ello polvo y castillos de arena, donde cada grano importa, pero ninguno tiene identidad; todos pareces iguales.

Asi es el mundo, mucha gente haciendo bulto, para aparentar que aun existen las personas.

viernes, 19 de abril de 2013

Imperfecciones

No quiero que me beses en ese banco
donde se sientan los que solo dejan sus huellas en la madera,
y no son capaces de dejarlas en el alma,
y no son capaces de besar con la mirada,
y no son capaces de tocar detrás de la piel sin rozarla.

No quiero ver más atardeceres caducados,
ni paisajes de postales pobres de realidad,
ricas en el poder de crear el momento "perfecto";
los que creen que para todos es el mismo,
es que no te han visto ser inoportunamente perfecta.

Por eso, quiero que me besen tus imperfecciones,
quiero que me beses al subir los escalones de tu casa,
justo en el momento en el que me falta el aire,
justo cuando el oxigeno se me acaba y me lleno de ti,
para dejarme sin aliento, para que comience a respirar tu saliva.

Quiero que me muerdas los miedos,
que saborees el terror de alguien incompleto.,
cargado de sueños moribundos que comienzan a ser pesadillas.

Quiero que me beses justo ahí, en ese rincón, donde hay un resquicio de luz,
donde hay magia en el suelo cada vez que se posan tus pies,
que me buscan incesantes entre las sábanas,
que me enredan, y no me encadenan,
que se deslizan tan silenciosos tras mis pasos, que apenas los siento.
Solo cuando vuelve ese golpe de tu aroma inconfundible,
que me obliga a girarme para observar que ahi sigues,
mirándome el culo sin pestañear,
haciendo borroso todo lo demás, para acentuar mi imagen. Para hacerme grande.

Por eso quiero que me besen tus defectos, 
tus días raros, los domingos sin nada que hacer.
Tus tardes de lluvia, mojada.
Tus tormentas de arena, y que me sepa tu piel a sal.

Todo eso tan tuyo,
que hay etiquetas en cada poro de tu piel con marca registrada.
Y que cada vez que saboreo, huelo, exprimo,
pido derechos de autor,
para que no me demanden tus caricias,
algo que yo no alcanzo a darte. 

El cielo.

Eso, ya está entre tus piernas.


viernes, 5 de abril de 2013

Ivana

Conocemos entorno a una media de 1700 personas. De esas 1.700 personas que rondan y rondarán por mi vida; algunas se quedarán, otras, solo un rato. 300 pasarán a formar parte de mi grupo social. A mi me gusta llamarlo "mis círculos".
Mis círculos son muchos y muy distintos, algunos, solo se diferencian por detalles, pequeñas cosas, que solo un ojo con alma puede ver. Les separa capas, capas de grosor, y cuanto más dentro están, mas finas se vuelven; hasta volverse una red de autodefensa, una mínima protección que se respalda en la confianza a ciegas, en el poder del otro, en los saltos hacia capas internas.

Me gusta comparar mi vida con circulos de defensa cuando hablo de tí. Desde que conocí tú primera capa, sabía que hacía mucho tiempo que nadie traspasaba más de 3 o 4 capas. Yo no sabía que se escondía dentro de ese resquicio de protecciones, pero sabía que, sin duda, era algo grande. Y no me equivocaba. Descubrirte me ha descubierto a mi también, y tu nombre se oye dentro de las capas más internas de mis círculos. Cuando alguien así aparece en tu vida para quedarse, merece un hueco enorme dentro de mi..UN ESPACIO INMENSO.

Y ahora, que por fin has aprendido a quererte, has aprendido a que te quieran. Y ese es el mejor regalo que te puedes hacer a tí misma: ser feliz.

Esto es una pequeňisima parte del regalo enorme que deberías tener, pero sale de aqui, de dentro, de la capa más interna.

Hoy es tu día, hoy es mi día tambien. Felicidades, pero felicitame a mi tambien por tenerte como AMIGA.

Te quiero.

jueves, 21 de marzo de 2013

Stones.

Hay piedras en nuestro camino que se repiten; se supone que debes saber qué hacer para no tropezar con ellas. El problema, empieza cuando crees en la piedra, y en el instante en el que estas a punto de caer, piensas que va a salvarte.

No nos engañemos. Las piedras rebotan contra el agua, pero no salvan corazones.


miércoles, 20 de marzo de 2013

Escucha el silencio.

Mintió, y el mundo la cre(y)ó.
Se dedicó sus propios versos, expuestos en los muros donde nadie mira, que todos saltan, que son baches para los nuevos valores de la sociedad. Que ironía, llamar valor a algo que cada vez importa menos.

Escribo dentro de mi cabeza, para que mis palabras no te alcancen, para que la realidad sólo me pellizque la mente y no el corazón. Me miro por dentro y te veo, haciéndote hueco en mis rincones, llenos de telaraňas, llenos de nada. La nada de condensa y se vuelve vacío, invisible a los ojos del que mira, inmenso para el alma del que siente.

Perdóname si valgo más por mis silencios que por las palabras que lanzo al viento.

martes, 19 de febrero de 2013

Extraterrestres

Si estuvieras aquí,
podria levantarme, abrir los ojos,
y mirar la vida -o lo que es lo mismo, mirarte-.

Si estuvieras aqui,
seria un poco más corazón,
un poco menos razón.
-o lo que es lo mismo, un poco más yo-

Si estuvieras aquí,
el miedo seria distinto,
no seria miedo a perderte, si no a tenerte.
No seria echarte de menos,
sería empezar a necesitarte.
Si estuvieras aquí,
la lluvia mojaría, no me empaparía,
la tormentas serían excusas para abrazarte,
las sábanas solo un estorbo entre nuestra piel.

Empezaría por el final,
para no desgastar lo que el tiempo estropea,
para crearnos sin destruirnos,
para estar y ser sin esposas en las manos.
Recorreria despacio tus sentidos,
para no perderme nada de esas cosas
que no son importantes para los demás,
y que para mí son esenciales para tocar el alma.

Y si esta noche, estuvieras aqui, y por fin, te quedaras, tendría motivos para salvarte. Para que me salvaras. Para que salvásemos el mundo sin proponernos más que llenarnos con la mirada. Y si ya me besas, igual destruimos todas las reglas, todos los convencionalismos caducados que no van con nuestros principios. E inventamos un nuevo lenguaje extraplanetario que solo tu y yo entendamos.

Pero, mientras sigamos en este mundo, sigue sonriendo (me), para recordarme que hay lenguajes universales que valen la pena. Sobretodo si tú los interpretas.



Nunca se me han dado bien los títulos. Ni las etiquetas, ni ponerle nombre a los sentimientos.
Nunca he querido ser corriente, porque la corriente te arrastra, y yo prefiero caminar.

Heroina

Estoy buscandome dentro de mi piel,
trazando los caminos de 6 en 6,
multiplicando las opciones,
dividiendo las elecciones entre dos.

Rescatandome de carceles de cristal,
que se han roto al gritar que me rindo,
que mi aire se condensa y me ahoga,
que este oxigeno me hace arder,
e incendia mi cabeza,
consume mis costuras.

Y ya no se muy bien si soy o existo,
si vivo o tacho calendarios,
si cuento los días que quedan,
si mi tiempo se mide en miradas que sigo,
en miradas que me atrapan,
o simplemente soy normal
y me rompo cada anochecer como cualquier mortal,
al ver el dia acabar,
al ver que hoy tampoco he cambiado el mundo.

Me creo superheroe si consigo que sonrias,
si evaporo por un segundo ese lago de dudas,
donde te bañas cada noche, y me apartas de tu piel.
Y me siento inmortal encerrada en tus sábanas,
implacable a los miedos,
llego hasta ti en una nube,
y lluevo deseos, 
deslizar mis dedos, rozar tus secretos,
contarselos al viento para que aparten los temores.

Para que el largo plazo sea solo una quimera,
para que nuestra única meta sea el instante.

domingo, 17 de febrero de 2013

Fenix en llamas.

Qué que se sobre las casualidades? Que es la forma más ingenua de engañar al destino cuando lo que queremos decir es causalidad. Que todo está hecho para ser visto, para que cuando lo mires, tus pupilas quieran reinventar motivos para llegar hasta ello. O seguir sin más, buscando el horizonte. Y el horizonte solo te lleva a espejismos que no puedes tocar y que, si no te das cuenta pronto, te haran morir de sed.

La realidad es que yo no se nada de mucho. Pero si me preguntan si creo en el destino, les hablaré de tu calle. Esa avenida sin nombre donde van a parar todos los sueños, tan concentrados en ser realidades que caben en tu colchon. Justo ahí, al lado de tus deseos por ser hada, y mis intentos por construirte un oasis en el cielo.

Y si me preguntan por el tiempo, les diré que es lento en mi órbita, pero cuando cruza a tu galaxia, viaja a la velocidad de la luz. Que cada segundo es un mundo entero, y que los relojes son aleatorios bajo las sábanas.

Que las debilidades se convierten en fortalezas, si besas mis suspiros y le pones voz al placer de mi boca. Y mientras tapo las grietas de tus metas y se transforman en exitos, sella mis silencios con las betas verdes de tu iris.  Y mientras quede luz en mi lámpara de lava, pediré que te quedes en la penumbra de la noche y me cuentes los lunares. Yo te cuento las estrellas que alunizan cada vez que miras al cielo y les prestas tu luz.

Y si quieres, alquilo un par de horas al tiempo para comernos los segundos. Y si aun quedan relojes que sean capaces de medir nuestros momentos, que me expliquen cómo llego hasta el punto exacto en el que despegaste y quisiste viajar sola. Y con tus alas rotas, pudiste llegar al pico más alto. Desde una nube, yo te observaba, y me convertí en agua para llover en tu cauce,  y aprender a ser cometa. Y me olvidé del vértigo cuando deje de mirar al suelo y vi tus ojos. Y vi cómo tus alas se reinventaban, como un fenix que renace de sus propias llamas. Y mis pulmones se llenaron y quisieron ser viento, y quisieron llevarte a ese oasis en el cielo que lleva grabado tu nombre.

Tú, experta en aterrizajes forzosos. Yo, aprendiz de altos vueltos. Y en este sintentido, me convierto en pájaro y planeo improvisando.

Destino, el paraiso. Ese hueco entre tus brazos en el que encaja mi cuerpo, donde no quedan espacios, porque no existe el tiempo.




jueves, 7 de febrero de 2013

Cometa.

El asesino siempre vuelve al lugar del crimen. Por eso estás aquí, con tu alevosía. Sosteniendo los hilos que movias a tu antojo, retorciendome los principios, tachandome las virtudes, escribiendo encima versos que no entiendo, que hablan de ti y no de mi.

Y mis párrafos se vuelven más densos, aunque en el puňal sigan los restos de besos que quisieron volar a tu nube, esos que no tenían alas. Que se las cortaron cuando conseguiste que la primavera congelase la escarcha de mis lágrimas. Y hoy es invierno, y ardo, y derrito el miedo de hablar con tu mirada en idiomas distintos, tú elegiste la ambigüedad, yo ser cometa. Subtitulas mis versos, pero mi voz es más fuerte. Esta vez los hilos los controlo yo, está vez es el viento quien me sostiene. Y si miro hacia abajo, es para sentirme grande.

Y si sigues en tu nube, y un día llueves y me empapas el alma, no llevaré paraguas. Para darme cuenta que soy impermeable, que soy implacable a las primaveras heladas, a las tormentas de verano.

Que ya te he perdido el rastro, o quizá fui yo la que nade contra la corriente y cambie de barco. Que nos desconoceremos tanto que el pasado será un libro archivado que acumula polvo en el estante de los instantes.

Y mientras me crecen las alas, sueňo, para aprender a volar más alto que las estrellas.

jueves, 24 de enero de 2013

Entre anhelos y ruidos

Echo de menos tus ruidos al dormir, tus silencios al caminar descalza, tus gritos en mi garganta, tus susurros callados con la almohada. Echo de menos la forma de tu silueta, el color de tus labios, la seda de tu piel. Echo de menos tu tacto, tus huellas dactilares, el tamaňo de tus abrazos. La forma en que mis dedos se quedaban atrapados en tu pelo, simulando un remolino de deseos de piel, para terminar entre tus piernas y que empiece el mundo en ese instante.

Y miento si te digo que este invierno no tengo frío, que con mis brazos tengo suficiente, que con mi aliento mi alma se calienta.

Pero sumando los anhelos, y restando las carencias, me sobran razones para no dar la vuelta y recoger los pedazos. Ya no me sirven, ya no somos un puzzle.

Más bien somos un rompeparejas, que no les bastaba el quererse.

Desquerer no es rebobinar la cinta y grabar encima. Es guardarla en su caja y comprar una nueva.

Y al desquerer, te echo de más. Y te recuerdo y sonrio, al saber que fuimos, y que ya jamás seremos.

domingo, 13 de enero de 2013

Eclipse

Enredame entre tus piernas otra vez, sálvame con abrazos, despierta a este cuerpo que ayer era hielo y hoy solo es escarcha. Y vuela. Vuela como tú sabes, con la mente, entregando el cuerpo, devorando las noches, dando vida a nuestra piel muerta.
Se esfuma todo con tu sonrisa, se me olvidan los por qués y los cómos. Solo pienso en el GRACIAS. Gracias por sonreir (me), tienes el mejor beso que podria dar entre los labios, a punto de derramarse. 

Y yo repaso la comisura de tu boca, para que no se escape ni un solo beso, del millón que tengo para darte.




jueves, 10 de enero de 2013

Noches.

No se si eras consciente de que tu sonrisa enciende mundos, o lo supiste cuando me encontraste a oscuras. No se por qué tus labios me saben a cielo y desde entonces salto mucho más alto. O si creo en las causalidades desde que me dijiste que todo pasa por algo.

No se si lo sabes, pero me salvas cada día.

Me anestesias las cicatrices, me vuelvo amnésica a los recuerdos. No eres un clavo, ni una media naranja, ni una flecha de cupido. Eres tú, qué mejor que eso. Tú, con tu propio mundo y dentro de él, tú eres tu propio sol. Brillas con luz propia.

Solo hay que ver tu sonrisa.
Si, de nuevo tu sonrisa; las cosas grandes hay que nombrarlas como mínimo dos veces.
Una para observarla, y otra para besarla.
Besar todos y cada uno de los huecos por donde se escapan tus suspiros. Besar tus silencios, lamer tus heridas, acariciar las esquinas de tu cuerpo, esos lugares por donde nadie ha estado. Y perderme, y no encontrarme hasta mañana. Quedarme a vivir en tu cuerpo, sin equipaje. Me lo dejé con la ropa, y fuera de esta cama no hay nada que me interese.

El mundo está demasiado lejos y yo muy dentro de tí.


Hay un enorme precipicio fuera de esto, y a mí siempre me han dado miedo las alturas. Voy con los ojos cerrados, y salto, sin pensar, y cuando los abro, tu agarras mi mano. Y mi mano agarra la tuya, y tus dedos me parecen la forma más bonita de acabarse tu cuerpo.
Y te queda tan bien la expresión de tu rostro con el sonido de tu voz, que me parece música. Y me quedo embobada, escuchándo todos tus sueños y metiendolos en mi lámpara particular, para estudiarmelos todas las noches por si algún dia me retas y quieres cumplirlos conmigo.

Puede que esta noche me siente a contarte los lunares, y darle envidia a todas las constelaciones que me observan desde la ventana. Y la Luna tendrá celos, porque ahora te miro a tí. Si no me canso de mirarte es porque descubro algo nuevo cada día. Eres un libro que no tiene páginas, porque no tiene fin, y yo me siento a leerte entre líneas, inventando cualquier trama para colarme entre tus esdrújulas, hacer llano tu camino y agudos tus deseos por tocar el cielo.

Y si quieres, pasamos de los acentos, e inventamos nuestros propio lenguaje.

lunes, 7 de enero de 2013

Legado en tinta

No se dónde está la linea que separa la percepción de nuestros sentidos con la realidad. Ni por qué las cosas suceden cuando no quieres que suceda nada, o cuando te encantaría que un huracán volviera a cambiar el rumbo de tu vida.. y solo pasa el tiempo, mientras contemplas ese reloj oxidado, con las manecillas pidiendo una razón por la que seguir llevando el compás de esta vida sinsentido.
Hoy me he preguntado a mi misma por qué escribo, en vez de llorar, romper platos, ampliar dosis de nicotina o simplemente guardar silencio. Escribo porque no se hacia donde se dirigen los sentimientos ni los pensamientos de ayer. Porque mientras encuentro la fórmula de la eternidad de los momentos, las palabras son las que encadenan mi ayer y lo hacen tangible. Me enseñan a contemplar la razón y la sinrazón desde el exterior.
Escribo porque hay miles de cosas maravillosas en el mundo que están esperando a ser descritas, como el sonido de la lluvia en el alféizar de mi ventana, que hoy, se ha convertido en mi más fiel inspirador.

Mundo, no dejes de regalarme algo nuevo cada día. Yo escribiré tu legado

La última canción

Esta es la última canción que te escribiré; al hacerlo, te dejaré marchar.
Todos en la vida cometemos errores. Errores que nos pueden costar una pérdida, un llanto, la soledad o incluso nos pueden llevar a la mediocridad. La vida está llena de errores. Con solución o sin ella. O tal vez pensamos que son errores, y en realidad, es el bache que nos pone el destino porque debe suceder así.

Tú no has sido mi error, ni yo he sido el tuyo. No es posible porque comencé a amar la vida amándote a tí. No puedes ser un error porque me has enseñado a conocerte, a conocerme; a mirar más allá de una mirada, a entender el lenguaje de las caricias. Llorar cuando tu llorabas. Seguir tus huellas cuando tu caminabas. Saborear tus labios mientras tú me besabas. Olvidar lo anterior a tí y estirar todo el tiempo que tenía para regalarte como si fuera infinito en nuestros corazones... eterno en nuestros recuerdos.
No puedo ser tu error si un día dabas la vida por mí. Lo recuerdo como si fuera hace un segundo. Cómo olvidarlo. Cómo olvidarte.

Solo..somos dos estrellas fugaces que se rozaron y cambiaron el rumbo para permanecer unidas. Y, como toda estrella fugaz, algún día, una de las dos debe marcharse. Esta no es tu constelación... aquí tu luz no se aprecia lo suficiente.. y tu te mereces un cielo que te ilumine dondequiera que vayas. Dondequiera que vaya yo, me llevaré toda tu luz. Siempre serás mi estrella.


Está es mi última canción. Nuestro último baile. Aunque deje de sonar en el aire, los recuerdos me vendrán a visitar cada noche, y yo sonreiré al ver tu luz, tu increible luz, que me llena y me ilumina el interior... Me llevo tanto amor... me has dado tanto amor, que estaré toda mi vida tropezandome con el bache de tu sombra, persiguiendome por todas partes. Sonrié, yo lo hago. Despídete... ya no hay música ni hay baile. Solo estoy yo, amándote como si fuera la última canción.

Tras mi ventana

Aunque las mentiras se vistan de Prada, siguen siendo realidades pobres, sigue siendo una salida cobarde, un escondite que te encuentra, una huida sin escapatoria.

Siempre la misma escena con diferentes decorados. Cansada de la rutina, dejo de mirar por la ventana, y me miro al espejo, el escenario más cambiante de esta parodia. Entre actores escondo mis pensamientos reales, mis sentimientos más profundos, salgo a escena y todos se creen la sonrisa que construí esta mañana con las lágrimas que sobraban en mi almohada.
Todos menos tú, que conoces mis ojos, aunque ya no los mires para no escucharlos. Ayer te gritaban que dieras media vuelta y dejaras de buscar horizontes paralelos al mío. Hubiera dado cualquier cosa. CUALQUIERA.

Ayer y hoy parecen dos mundos diferentes. El hoy nubla el ayer, y el ayer me daña hoy. Ahora los actores se han ido... y la única actriz que queda en escena eres tú. Entre mis lágrimas escondes tus pensamientos reales, tus sentimientos más profundos, sales a escena y todos se creen la tristeza que reconstruiste con tus ganas de amar en un horizonte paralelo al mío.
Todos te creen.
Todos menos yo.

Diciembre.

Su nombre es como el título de una canción pegadiza, que, aunque no hayas escuchado, sabes que se va a convertir en tu favorita. Me gustaba porque es frío, es manta y abrazos, es mi nacimiento y mi cambio de ciclo. Y siempre espero una vez al año, desde hace 22, en la esquina donde me encontró tiritando de frío, para darme su abrigo, y enredarme en sus calendarios, en sus once ausencias que merecen la pena cuando rodeo su primer número.

Esta vez te he tachado. 
Estar contigo veintiun veces me hizo salir de una pieza de, bueno, tú ya lo sabes, de todo ese rollo del amor que caduca y de los sueños que no se cumplen. 
Vernos veintidos veces me ha partido en veintidos pedazos. Y esta vez no quiero contarte por qué lloro. No puedo contartelo a tí, porque me he hecho añicos contigo, mirandome a los ojos, el primer día que volví a verte. 

Solo escucha mi silencio, esta noche, que grita más que nunca. 

Las sabanas me cuartean la piel, el aire me sabe a sangre. 
Los besos robados ya no me apasionan, me aprisionan. 
Mis labios están llenos de llagas. 
Me ha quemado la piel con la locura de sus manos.
Ha despegado mi alma del cuerpo, has solapado sus gritos en mis poros.
Ha mezclado mi sangre con su saliva, y estoy contaminada. Y ya no quiero latir a medias, ni que el aire se convierta en nauseas al respirar y encontrarme con su aliento.

Ya no escucho.Mis timpanos se rompieron cuando escucharon sus palabras, impregnadas de dagas que se clavaron en mi nuca. Se grabaron en mi mente, y cada noche arden, arden hasta quemarme las fuerzas.
El amor propio se ha expropiado de mi cuerpo, y me mira desde el espejo, con asco, con descaro, avergonzándose de haber formado parte de mí.
Por mucho que me bañe en agua tibia, la suciedad no se despega de mi cuerpo.
El olor a dolor no me da tregua, y cuando me tapo la nariz, me vuelvo inerte.

El temor a mirar hacia atras y ver su sombra me persigue.  
En cada calle, en cada ruido, en cada mirada, en cada desconocido, en cada conocido, en cada piel. Cualquiera puede volverse él. Cualquiera puede trocearme de nuevo y reducirme a nada.

Me ha cegado el iris, me ha paralizado los cinco sentidos.
Y con los restos de mis lágrimas,
que guardo en tarros para relamer el pasado,
te empapo a ti, para borrarte,
para que no vuelvas a contarme otra vez mas esta pesadilla, 
que tengo tantas deudas con los sueños, 
que me ha dejado a oscuras el alma.

Y ya no se como volver al principio, donde yo te esperaba. Donde yo era yo. Donde las personas te construyen y no te hacen ruinas con sus huellas. 

Mi tara es irreparable. Es imposible formatearme; me han programado para que me duelan todos los diciembres, todos las noches, todos los días del año, toda mi vida y toda mi muerte.
Yyo no puedo volver a nacer,pero si puedo destruite. Mis calendarios ya no te nombran, ni te buscan, ni quieren más Diciembres.
Vete al infierno, y hazle arder.


Caminos minados.

Zig-zag. Así es mi camino.
Con cuestas, pendientes,
que se acentúan cuando pongo acento a tus pasos
y me cuesta recordar hacia donde van los míos.
Con mañanas de escarcha en las palabras que se congelan en recuerdos.

No me permiten hablar,
hasta que el sol se va
y se me funde la piel
con la tinta que sale de mis poros.

Y habla el corazón
en un idioma
que solo entiende mi alma;
y acaban los dos borrachos de anhelos,
con sed de más rincones oscuros que iluminar.

Haciendo eses
hasta formar tu nombre
para tacharlo luego.
Y borrarlo.


Y seguir caminando, con recuerdos y resaca,
con recados de relatos sin remitente,
relamiendo realidades que reclaman recorridos por tu respiración.
retos sin resolver, convertidos en rotos, 

Reseteando el alma, reabsorviendo las flaquezas que hablan de tí.


Y que siga lloviendo,
y no saber como avanzar sin mojarme.
Y que no se me seque la ropa ni el alma,
y el sol no me queme
ni me deslumbre al mirarle a los ojos.


Y que la primavera no me desordene los engranajes,
ni me envuelva con sus pelos de punta,
 ni me sepan a nada los besos de marcas blancas.
Para acabar siendo un monton de nada
dando bandazos por tus calles,
buscando en la basura,
por si queda algo de mí.

Para acabar olvidando las huellas
 que me han llevado hasta este banco,
donde se posan incoherencias,
donde lloro por tenerte y sonrio al odiarte,
Donde hace calor
pero mi corazón aun sigue en Siberia.
Helado de sentimientos, sabor amargo.
Que solo se endulza con estrellas fugaces,
que solo se derrite con pieles escarchadas.


Y si no existe mi camino,.
y solo estoy recorriendo una quimera,
que el horizonte siga siento utópico,
que se alimente más mi locura,
que si no estoy loca, quiero estarlo
porque las cuerdas atan,
y yo esta noche quiero volar.


Manzanas oxidadas.

Esa manzana aun sigue teniendo la marca de tus dientes, tu perfecta mordida, y los restos del carmin que me rozó el alma. El carmín ya no es rojo, ya no sabe a besos, ya no huele a deseo; simplemente se ha oxidado.
Como todo, las manzanas tambien se oxidan. Las manzanas y los sentimientos.

Se oxida porque no puedes abrirme el alma e irte dejando mi piel en carne viva. Si pruebas un bocado, no vuelvas a dejarme con el resto de frutas. Si muerdes una tentación, no destruyas sus posibilidades. Ya nadie querrá posarse en mí, y me pudriré entre los miedos que tuve al abandono y las certezas de haberte ido.

Mi óxido no tiene nada que ver con el oxígeno. Me quedé sin él, sabes? Hacía mucho tiempo que mis pulmones no se llenaban de aire; Te respiraban a ti, a los suspiros despues de comerte la vida, a tus conversaciones entre sueños, a tus ojos mientras mis labios se bebian las lágrimas de tu almohada. Pero me colapsé, me declaré incompatible a tus sueños, a tus deseos, a tus miedos y ruegos por tocar el cielo en uno de esos besos llenos de excesos. Me declaré culpable por no entender tus manos y no descifrar las noches en vela. Y dejé de respirar, hermeticé mi interior.

El corazón aun bombeaba tu nombre. Con interferencias, pero, al fin y al cabo, era tu nombre. Ese era el problema. Se quedó sin latidos de tanto llamarte, el tiempo de espera cedió el turno a la impaciencia. Y guardó las taquicardias de besos que nos regalamos cada viernes en tu cuerpo, y las paradas certeras al saciarme con tu saliva, y las caricias de desayuno, y el café con tu piel. 

Corazón y pulmones oxidados. Y me queda la mente, esa ventana al exterior que me imposibilita sentir, si, pero me permite crear. Y creer.

Y creo que ya no dueles, y te creo cuando quiero y cuando no te hago desaparecer. Y si puedo crearte, y no crearte, puedo desquererte. Y a veces no te creo, cuando creas un mundo en el que puedes crearme de nuevo.  Y yo ya no quiero ni creo en mundos donde me transformes. No me inventes de nuevo, no estoy rota. Solo estoy oxidada, del mal uso, y del desuso de mi esencia. Y tú saliva no me salva, tus miedos no me hacen ser libre, en mi cama no entran todos tus sueños.

Lo siento, no pertenezco a tu mundo.
Si, ese en el que no hay oxígeno, las manzanas se muerden una vez y las almas no respiran.