lunes, 6 de febrero de 2012

Café helado.

Mi alma desgastada da repetirse palabras sin sentido esperando lo inesperable. Cansada de historias con fecha de caducidad anticipadas, que saben venderte, pero que cuestan más caras de lo que en realidad son. Mentiras disfrazadas de inocencias que guardan la daga en su interior para clavar su rabia en ti cuando no te lo esperas.
Llamadas que no llegan. La espera se hace eterna contando cada segundo que perdemos. Tal vez solo estoy perdiendo yo. La espera ha congelado el café y ni el azucar basta para endulzar las horas. Irreales son las quimeras como irreal seria decir que puedo esperar hasta mañana.

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