Esta es la última canción que te escribiré; al hacerlo, te dejaré marchar.
Todos en la vida cometemos errores. Errores que nos pueden costar una
pérdida, un llanto, la soledad o incluso nos pueden llevar a la
mediocridad. La vida está llena de errores. Con solución o sin ella. O
tal vez pensamos que son errores, y en realidad, es el bache que nos
pone el destino porque debe suceder así.
Tú no has sido mi error, ni yo he sido el tuyo. No es posible porque
comencé a amar la vida amándote a tí. No puedes ser un error porque me
has enseñado a conocerte, a conocerme; a mirar más allá de una mirada, a
entender el lenguaje de las caricias. Llorar cuando tu llorabas. Seguir
tus huellas cuando tu caminabas. Saborear tus labios mientras tú me
besabas. Olvidar lo anterior a tí y estirar todo el tiempo que tenía
para regalarte como si fuera infinito en nuestros corazones... eterno en
nuestros recuerdos.
No puedo ser tu error si un día dabas la vida por mí. Lo recuerdo como si fuera hace un segundo. Cómo olvidarlo. Cómo olvidarte.
Solo..somos dos estrellas fugaces que se rozaron y cambiaron el rumbo
para permanecer unidas. Y, como toda estrella fugaz, algún día, una de
las dos debe marcharse. Esta no es tu constelación... aquí tu luz no se
aprecia lo suficiente.. y tu te mereces un cielo que te ilumine
dondequiera que vayas. Dondequiera que vaya yo, me llevaré toda tu luz.
Siempre serás mi estrella.
Está es mi última canción. Nuestro último baile. Aunque deje de sonar en
el aire, los recuerdos me vendrán a visitar cada noche, y yo sonreiré
al ver tu luz, tu increible luz, que me llena y me ilumina el
interior... Me llevo tanto amor... me has dado tanto amor, que estaré
toda mi vida tropezandome con el bache de tu sombra, persiguiendome por
todas partes. Sonrié, yo lo hago. Despídete... ya no hay música ni hay
baile. Solo estoy yo, amándote como si fuera la última canción.
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