lunes, 7 de enero de 2013

Caminos minados.

Zig-zag. Así es mi camino.
Con cuestas, pendientes,
que se acentúan cuando pongo acento a tus pasos
y me cuesta recordar hacia donde van los míos.
Con mañanas de escarcha en las palabras que se congelan en recuerdos.

No me permiten hablar,
hasta que el sol se va
y se me funde la piel
con la tinta que sale de mis poros.

Y habla el corazón
en un idioma
que solo entiende mi alma;
y acaban los dos borrachos de anhelos,
con sed de más rincones oscuros que iluminar.

Haciendo eses
hasta formar tu nombre
para tacharlo luego.
Y borrarlo.


Y seguir caminando, con recuerdos y resaca,
con recados de relatos sin remitente,
relamiendo realidades que reclaman recorridos por tu respiración.
retos sin resolver, convertidos en rotos, 

Reseteando el alma, reabsorviendo las flaquezas que hablan de tí.


Y que siga lloviendo,
y no saber como avanzar sin mojarme.
Y que no se me seque la ropa ni el alma,
y el sol no me queme
ni me deslumbre al mirarle a los ojos.


Y que la primavera no me desordene los engranajes,
ni me envuelva con sus pelos de punta,
 ni me sepan a nada los besos de marcas blancas.
Para acabar siendo un monton de nada
dando bandazos por tus calles,
buscando en la basura,
por si queda algo de mí.

Para acabar olvidando las huellas
 que me han llevado hasta este banco,
donde se posan incoherencias,
donde lloro por tenerte y sonrio al odiarte,
Donde hace calor
pero mi corazón aun sigue en Siberia.
Helado de sentimientos, sabor amargo.
Que solo se endulza con estrellas fugaces,
que solo se derrite con pieles escarchadas.


Y si no existe mi camino,.
y solo estoy recorriendo una quimera,
que el horizonte siga siento utópico,
que se alimente más mi locura,
que si no estoy loca, quiero estarlo
porque las cuerdas atan,
y yo esta noche quiero volar.


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