jueves, 24 de enero de 2013

Entre anhelos y ruidos

Echo de menos tus ruidos al dormir, tus silencios al caminar descalza, tus gritos en mi garganta, tus susurros callados con la almohada. Echo de menos la forma de tu silueta, el color de tus labios, la seda de tu piel. Echo de menos tu tacto, tus huellas dactilares, el tamaňo de tus abrazos. La forma en que mis dedos se quedaban atrapados en tu pelo, simulando un remolino de deseos de piel, para terminar entre tus piernas y que empiece el mundo en ese instante.

Y miento si te digo que este invierno no tengo frío, que con mis brazos tengo suficiente, que con mi aliento mi alma se calienta.

Pero sumando los anhelos, y restando las carencias, me sobran razones para no dar la vuelta y recoger los pedazos. Ya no me sirven, ya no somos un puzzle.

Más bien somos un rompeparejas, que no les bastaba el quererse.

Desquerer no es rebobinar la cinta y grabar encima. Es guardarla en su caja y comprar una nueva.

Y al desquerer, te echo de más. Y te recuerdo y sonrio, al saber que fuimos, y que ya jamás seremos.

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