lunes, 17 de enero de 2011

Llévame lejos. No cojas esas fotos..son de cuando ella aun me quería. No me digas hacia dónde nos dirigimos y qué vamos a encontrar allí. No quiero saber nada más que el silencio. Solo necesito asomar la cabeza por la ventanilla y que el aire me descoloque el pelo y las ideas. Solo necesito una bocanada de oxígeno que no sea mortal, que no sea su respiración. 


Las miradas cambian. Y cuando eres consciente de ese cambio, cierras los ojos para no llenar tus pupilas de tantas promesas sin cumplir. ¿Acaso cuando decimos "te quiero para siempre" somos conscientes de la cantidad de promesas que se construyen? Y te da igual si empiezas por el tejado, sabes que va a salir porque es incluso más maravilloso de lo que te esperabas. Empiece como empiece esa construcción..en realidad lo que acojona de verdad es el final. E igual que esas 4 palabras han cambiado el destino de tu trágica incapacidad de amar, una mirada puede destruir todo aquello que se ha creado. Y además de ser incapaz de volver a amar a alguien, dejas de amar la vida.

Dejaré de recordar al cruzar la frontera, te lo prometo. Hemos venido aqui para encontrar al olvido ¿no? Solo quería despedirme.

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