martes, 11 de enero de 2011

Transiciones.

A veces soy débil, quien no me conoce pensará "qué estupidez", siempre con esa sonrisa y esos pasos seguros hacia el mañana. Pero lo cierto es que puede que llore más que tú. Quizá por eso a veces me vuelvo valiente y combato haciendo que por cada 1000 lágrimas se muestren 1001 sonrisas.

A veces me siento sola y me gusta esa sensación de acotar mi mundo a una mente, mi mente; ese sensación de estar conmigo misma. Otras me parece cruel y desesperante. Sobretodo cuando no me quiero escuchar y el silencio no para de gritarme.

A veces río.. río sin parar hasta que me duele la mandíbula y sin motivo aparente. Tal vez la primavera se ha colado en mi colchón y las ganas de florecer me dan los buenos días. Otras, soy tan vulnerable que incluso las hojas del otoño pueden tirarme al suelo.

A veces independiente hasta de mi propia mente, otras me siento adicta de una droga llamada compañía.

A veces camino perdida sin encontrar bien qué demonios hago aquí, qué me espera más allá..o más acá. Otras veces me encuentro con miradas conocidas, esas que me enseñan que el camino está en la luz de sus ojos, que no pestañee, que es real.

A veces me derrito con el hielo y me congelo con el verano. A veces soy dueña de mis palabras, otras esclava por soltarlas al viento. A veces me creo de piedra y me lanzo cuchillos para hacer fuerte las heridas. A veces observo mis cicatrices y pienso "esto no lo borra ni el más profundo de los olvidos" y sonrío.. porque soy todo lo que no ves. Soy ángel escondida en la madrugada y demonio que se posa en el horizonte.

A veces soy, y otras veces, solo existo. A veces no me creo genia de las palabras ni siento que esto es lo mío.... pero SIEMPRE, SIEMPRE escribo.


Soy lo que no ves.

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